Friday, November 25, 2011

La Natividad - Un Tiempo para Dar a Luz a Cristo


En el Oriente Cristiano, particularmente en la Iglesia greco-católica (ortodoxa), la Virgen María es conocida como la
“Theotokos”, y por una buena razón. Ella es reconocida como “la que dio a luz a Dios”. María trajo literalmente
a Dios al mundo. Santa María quizo cooperar y aceptó por su libre albedrío traer al Verbo Divino. María
es la única persona que físicamente dio a luz a Cristo, pero los santos místicamente “han dado a luz a Cristo”.

¿San Nicolás “Dio Luz”?

San Nicolás nació en el siglo III d.C. en Anatolia (Turquía)—no en el Polo Norte—y fue Obispo de Mira. San
Nicolás trajo a Dios a los demás; era compasivo, defendió la Fe cristiana y contribuyó en la proclamación del
Credo. La Fiesta de San Nicolás se celebra el 6 de diciembre. Fue por medio de la caridad, piedad, compasión,
perdón, paciencia, humildad, y la Eucaristía que San Nicolás “dio a luz” a Cristo de forma que “no era él
quien vivía sino Cristo quien vivía en él” (Gal. 2, 20). Esto es lo que significa ser “cristiano”: convertírse en
Cristo, el reflejo del amor de Dios.
Quizá te preguntes que tiene que ver San Nicolás, o cualquier santo, con la Navidad. Pero si lo piensas, los
santos sí tienen mucho que ver con la Navidad: ellos dejaron que Cristo creciera en ellos (espiritualmente) al
punto que Cristo hacía milagros, grandes y pequeños, a través de Sus santos. Los santos son todos los bautizados
en Cristo quienes viven en comunión con Dios aquí en la tierra y en adelante. Si estamos conectados a
Dios debemos esperar transformación y crecimiento y los milagros que vienen con este paquete (no disponible
en las tiendas). Estar desconectado de Dios, quien es la fuente de toda santidad, es como estar muerto (en la
oscuridad), ¿y si estamos muertos cómo puede crecer Cristo en nosotros?

¡Cristo ha nacido! ¡GlorifícaLo!

Cristo realmente camino en esta tierra hace 2,000 años, pero El sigue caminando con nosotros por medio del
Espíritu Santo. El 25 de diciembre es una de mil ocasiones para dejar que Dios crezca y trabaje en nosotros a
fin de que podamos traer el Cuerpo de Cristo al mundo que tanto ama Dios.

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